domingo, 20 de octubre de 2013

Focos ahorradores


El grave problema de los focos ahorradores:











Los focos “normales” consumen gran cantidad de energía en calentamiento; los focos ahorradores generan menos calor, siendo mucho más eficientes.
Aunque los focos incandescentes son los más comunes en la actualidad, cada vez vemos más el uso de los ahorradores o fluorescentes. Estos focos pueden dar la misma posibilidad de iluminación, pero sin el típico calentamiento de las bombillas comunes. La luz es una forma de energía que puede ser liberada por un átomo.
Ésta se constituye por pequeñas partículas que son llamadas fotones (“foto” significa luz y “on”, partícula) y resultan la parte básica de luz. Los átomos liberan fotones cuando sus electrones son excitados. La diferencia principal entre los tipos de focos existentes, es el proceso de excitación de los átomos. En un foco incandescente o en una lámpara de gas, como las que antes se usaban, los átomos son excitados por calor y es un proceso muy sencillo, sólo calentar. En las fluorescentes, existe un sistema muy complicado de excitación de átomos.

El elemento central en un foco ahorrador es un bulbo hermético de vidrio. Este bulbo en sus paredes está recubierto de un polvo compuesto por fósforo y en su interior hay un poco de mercurio. Tiene un gas inerte que puede ser argón y contiene dos electrodos en cada extremo, conectados a un circuito eléctrico. Todo está contenido a baja presión, es por eso que cuando los rompemos decimos que “estallan”.

Ahora, cuando uno prende el foco ahorrador, la corriente fluye por el circuito eléctrico a los electrodos y se hace una migración de electrones generando luz ultravioleta. Lo malo es que este tipo de luz para el ojo humano no es visible y no nos sirve para iluminar.
El secreto está en el recubrimiento de fósforo que vuelve a la ultravioleta útil. La ventaja del fósforo es que emite luz cuando se expone a ella y lo que vemos en los focos es lo que refleja el fósforo por los ultravioletas. La tonalidad del foco, es decir “luz blanca” que es más azul o “luz cálida” que es más roja, se le da cambiando la composición de las mezclas del fósforo que lleva en su interior.
Un problema que existía en los fluorescentes era el tiempo de encendido. Uno prendía la luz y tenía que esperar hasta tres segundos para que iluminara. Actualmente ya es de manera casi instantánea. Una lámpara ahorradora es seis veces más eficiente que un foco “normal.



El mercurio y los focos ahorradores:

 Greenpeace está trabajando para que los legisladores elaboren una ley que prohíba las
lámparas incandescentes (es decir, los focos convencionales) una medida realmente un poco descabellada debido a los contaminantes que contienen antes de 2012, a fin de
que estos productos dejen de ser vendidos en el país.
Una de las mejores opciones para reemplazar estos focos son las lámparas
fluorescentes compactas (es decir, las lámparas o focos ahorradores) y las lámparas
de leds.

Las lámparas ahorradoras consumen cuatro veces menos energía y pueden durar
hasta diez veces más que un foco común. Además, la energía eléctrica necesaria para
hacer funcionar un foco incandescente emite, en promedio, cinco veces más CO2 que
la empleada para una lámpara ahorradora. Estas son las principales razones por las
que la sustitución generalizada de focos incandescentes es una oportunidad de
mitigación del calentamiento global del planeta.



Pero existe un gran problema en esto por las siguientes razones:

Mercurio:
Debido a su principio de funcionamiento, las lámparas ahorradoras necesitan mercurio
para emitir luz. El mercurio es un metal pesado que se encuentra de forma natural en la
corteza terrestre. Dependiendo de la forma en la que se combine con otros elementos,
el mercurio puede permanecer en el ambiente durante diferentes periodos, desde
horas o meses hasta años.



El mercurio se obtiene de diversas fuentes:

A través de la minería, como producto principal o subproducto de la extracción o
refinamiento de otros metales.

Recuperándolo en la refinación de gas natural.

Reciclándolo de productos usados y desechos de procesos de producción industrial.

Emisiones en focos ahorradores
El inventario preliminar sobre emisiones de mercurio, estima que al romperse una
lámpara fluorescente, el 25 por ciento de su contenido de mercurio es emitido al aire.
De acuerdo con estas cifras, las emisiones de mercurio generadas por la rotura de
lámparas fluorescentes en para citar un ejemplo México representan en promedio 0.229 ton/año.

La conclusión de este informe, es que al final las compañías fabricantes de lamparas incandescentes, han echo creer que la mejor opción este tipo de dispositivo  resulta menos dañinos para el medio ambiente, realmente no es así, son sumamente contaminantes y al final el almacenaje, desecho y reciclaje, genera mas contaminación que al final realmente es poco lo  que ayuda al medio ambiente.


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