Ciclo del agua.
El ciclo del agua describe la presencia
y el movimiento del agua en la Tierra y sobre ella. La cantidad de agua
existente en la Tierra siempre es la misma, está en movimiento debido a la
acción de la energía solar y a la fuerza de la gravedad y cambia constantemente
de estado, desde líquido, a vapor, a hielo, y viceversa. Cuando se formó, hace
cuatro mil quinientos millones de años, la Tierra era una esfera de magma con
cientos de volcanes activos en su superficie. El magma, cargado de gases con
vapor de agua, emergió a la superficie gracias a las constantes erupciones. La
Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y cayó nuevamente al suelo en
forma de lluvia; así comenzó el ciclo del agua. La lluvia llenó las depresiones
del planeta y creó los océanos. Mil millones de años después, en los océanos se
reunieron las sustancias químicas que darían origen a la vida: metano,
hidrógeno y agua. Desde entonces, la misma agua ha circulado una y otra vez en
el planeta, originando y conservando la vida.
El conjunto de todas las aguas,
atmosféricas, superficiales y subterráneas constituyen una unidad que
posibilita el ciclo hidrológico.
¿Cuáles son las etapas del ciclo del
agua?
Evaporación:
El sol, que dirige el ciclo del agua,
calienta el agua de los océanos, la cual se evapora hacia el aire como vapor de
agua.
Condensación:
Las corrientes ascendentes de aire
llevan el vapor a las capas superiores de la atmósfera, donde la menor
temperatura causa que el vapor de agua se condense y forme las nubes.
Precipitación:
Las corrientes de aire mueven las nubes
sobre el globo, las partículas de nube colisionan, crecen y caen en forma de
lluvia.
Agua
almacenada en los hielos y la nieve
Parte de esta precipitación cae en
forma de nieve, y se acumula en capas de hielo y en los glaciares, los cuales
pueden almacenar agua congelada por millones de años.
Escorrentía
superficial:
En los climas más cálidos, la nieve
acumulada se funde y derrite cuando llega la primavera. La nieve derretida
corre sobre la superficie del terreno como agua de deshielo y a veces provoca
inundaciones.
La mayor parte de la precipitación cae
en los océanos o sobre la tierra, donde, debido a la gravedad, corre sobre la
superficie como escorrentía superficial.
Corriente de
agua:
Una parte de esta escorrentía alcanza
los ríos en las depresiones del terreno; en la corriente de los ríos el agua se
transporta de vuelta a los océanos.
Agua dulce
almacenada:
El agua de escorrentía y el agua
subterránea que brota hacia la superficie, se acumula y almacena en los lagos de
agua dulce.
Infiltración:
No toda el agua de lluvia fluye hacia
los ríos, una gran parte es absorbida por el suelo como infiltración.
Descarga de
agua subterránea:
Parte de esta agua permanece en las
capas superiores del suelo, y vuelve a los cuerpos de agua y a los océanos como
descarga de agua subterránea.
Manantiales:
Otra parte del agua subterránea
encuentra aperturas en la superficie terrestre y emerge como manantiales de
agua dulce.
Transpiración:
El agua subterránea que se encuentra a
poca profundidad, es tomada por las raíces de las plantas y transpirada a
través de la superficie de las hojas, regresando a la atmósfera.
Agua
subterránea almacenada.
Otra parte del agua infiltrada alcanza
las capas más profundas de suelo y recarga los acuíferos, los cuales almacenan
grandes cantidades de agua dulce por largos períodos de tiempo.
A lo largo del tiempo, esta agua
continua moviéndose, parte de ella retornará a los océanos, donde el ciclo del
agua se "cierra" y comienza nuevamente.
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